La guarda legal permite a los padres reducir su jornada laboral para atender mejor a sus hijos. No solo se trata de flexibilizar el horario de trabajo, sino de garantizar que los niños y niñas puedan recibir los cuidados y la atención necesarios. En este artículo quiero explorar en detalle cómo funciona la guarda legal y las especificidades en caso de tener un hijo con discapacidad.
¿Qué es la guarda legal?
Este derecho se aplica a padres o madres que necesitan reducir su jornada laboral para el cuidado de un hijo menor de 12 años. Esta reducción de jornada puede variar entre ⅛ y un 50%, siempre acompañada de una reducción proporcional del salario. Esto permite a los progenitores disponer de más tiempo para el cuidado de sus hijos, acomodándose mejor a sus necesidades personales y familiares.
Sin embargo, la situación cambia cuando el menor presenta una discapacidad reconocida. En estos casos, la legislación establece condiciones especiales que facilitan aún más la atención de los hijos, ampliando tanto el porcentaje de reducción de jornada como la edad del menor hasta la que se puede ejercer este derecho.
Guarda legal para hijos con discapacidad
La principal diferencia en el derecho a la guarda legal cuando se trata de un hijo con discapacidad está en la flexibilidad y duración del beneficio. Esta reducción de jornada por hijos con discapacidad permite adaptar mejor la vida laboral a las necesidades familiares. Cuando los padres tienen a cargo a un hijo con una discapacidad reconocida igual o superior al 33%, pueden reducirla hasta un 99%, lo que proporciona máxima adaptabilidad.
Además, el límite de edad se extiende considerablemente: mientras que la guarda legal para niños sin discapacidad se aplica hasta los 12 años, para niños con discapacidad puede extenderse hasta los 23 años.
En los casos más severos, cuando la discapacidad del menor supera el 65%, la guarda legal podría mantenerse hasta los 26 años. Esto es crucial para las familias, ya que facilita la conciliación de la vida laboral con las necesidades de atención y cuidado que demanda un hijo con discapacidades importantes.
Reducción de jornada y compensación económica
La reducción de jornada para atender a un hijo con discapacidad supone una disminución proporcional del salario, pero existen ciertas ayudas que pueden compensar en parte este impacto económico. En particular, cuando el menor padece una enfermedad grave, como un cáncer, los progenitores pueden acceder a la prestación CUME, que está pensada para aliviar la carga financiera que supone reducir la jornada laboral. Os recomendamos este vídeo que publicamos hace poco: ¿Puedo cobrar una paga si tengo un menor enfermo a mi cargo?
Esta prestación permite recibir una compensación por las horas que se dejan de trabajar, mitigando así la disminución de ingresos familiares. Es un apoyo fundamental para aquellas familias que se enfrentan no solo al reto de cuidar de un hijo con necesidades especiales, sino también a la dificultad de cubrir los gastos adicionales que puedan derivarse de esta situación.
La importancia de conocer tus derechos
Conocer los derechos relativos a la guarda legal y a la reducción de jornada es fundamental para asegurar el bienestar del niño y la estabilidad de la familia. La legislación en España establece mecanismos que permiten a los padres ajustar su vida laboral a las necesidades de sus hijos, especialmente si estos tienen una discapacidad.
La ampliación de la edad límite y la mayor flexibilidad en la reducción de jornada suponen una herramienta esencial para garantizar que los niños reciban la atención que merecen.
La guarda legal es mucho más que un simple ajuste de jornada; es una herramienta para asegurar el cuidado y la atención que los niños merecen, especialmente aquellos con discapacidad. Las modificaciones que permiten una reducción más amplia de la jornada y una extensión en el tiempo de aplicación son esenciales para proporcionar a los progenitores el apoyo necesario para atender a sus hijos en todas las etapas de su crecimiento.
Al conocer estos derechos, los padres pueden tomar decisiones informadas que beneficien tanto a sus hijos como a la estabilidad y bienestar de toda la familia.