En el panorama empresarial actual, la Responsabilidad Social Corporativa juega un papel cada vez más importante. Es por ello que en los últimos años ha surgido un nuevo modelo de empresa, la empresa social, que no solo tiene como objetivo generar beneficios económicos, sino también abordar y resolver problemas sociales y ambientales
Este tipo de empresas reflejan una creciente conciencia sobre la necesidad de generar un impacto positivo no solo en términos económicos, sino también en el bienestar social y medioambiental. Además de poner su foco en lograr un equilibrio entre el éxito financiero y contribuir al bienestar de la comunidad y al cuidado del entorno.
Con motivo del Día de la Empresa Social, que se conmemora el 21 de noviembre, en este artículo vamos a hablar sobre el concepto de empresa social, analizaremos los diferentes tipos de empresa social, sus características principales y cómo se diferencian de los modelos empresariales tradicionales. ¡Sigue leyendo!
1. ¿Qué es una Empresa Social?
Se puede definir como empresa social a toda organización cuyo objetivo principal sea generar un impacto positivo, utilizando un modelo empresarial sostenible y reinvirtiendo la mayoría de sus beneficios en resolver problemas sociales o ambientales. Estas organizaciones combinan principios empresariales con valores éticos y sociales, buscando equilibrar el éxito financiero con la responsabilidad social.
El modelo de empresa social se caracteriza por ser innovador y adaptativo, respondiendo a necesidades específicas que a menudo no son abordadas por el sector público o privado. Pueden operar en diversos sectores, como educación, salud, medio ambiente, inclusión social y desarrollo comunitario, entre otros. Esta doble línea de acción las convierte en agentes clave para abordar desafíos globales.
En resumen, una empresa social es un puente entre la actividad económica y la transformación social. Este modelo empresarial no solo contribuye al desarrollo sostenible, sino que también inspira un cambio cultural en la forma de hacer negocios.
2. Las Características de una Empresa Social
En conjunto, estas características distinguen una empresa social como agente clave para el desarrollo sostenible, capaces de combinar objetivos económicos y sociales en un modelo empresarial innovador y comprometido con el bienestar colectivo:
- Priorización del Objetivo Social: Buscan generar un impacto positivo en la sociedad o el medio ambiente por encima de la maximización de beneficios económicos.
- Participación Comunitaria y Ciudadana: Fomentan la participación activa de las comunidades, involucrándolas en el diseño, implementación y evaluación de proyectos.
- Innovación Económica y Social: Se enfocan en soluciones innovadoras y sostenibles para problemas sociales y ambientales mientras generan ingresos.
- Transparencia y Responsabilidad: Operan con transparencia, proporcionando información clara sobre sus actividades y resultados, y asumiendo responsabilidad ante la sociedad.
- Distribución Limitada de Beneficios: Reinvierte la mayor parte de sus ingresos en sus objetivos sociales, limitando la distribución de beneficios económicos entre los accionistas.
- Enfoque en el Beneficio Comunitario: Su principal objetivo es mejorar la sociedad o un grupo específico, no la obtención de beneficios económicos para los accionistas.
- Garantía de Igualdad de Oportunidades: Velan por la igualdad de oportunidades, evitando discriminación por sexo, raza, religión u otras características.
- Enfoque en el Trabajo: Prioriza la fuerza laboral sobre el capital, enfocándose en el valor del trabajo dentro de su modelo.
- Promoción de la Innovación: Impulsan la innovación económica y social para afrontar desafíos sociales y ambientales.
- Financiamiento Mixto y Autonomía Económica: Buscan autofinanciarse principalmente, reduciendo la dependencia económica a través de un financiamiento mixto.
3. Tipos de Empresas Sociales
Las empresas sociales pueden clasificarse según su motivación, modelo y principios.
Según la Comisión Europea, existen tres tipos principales: aquellas cuyo objetivo comercial es el bien común o social, aquellas que reinvierten sus ganancias para lograr objetivos sociales, y aquellas que adoptan modelos de organización o sistemas de propiedad democráticos y participativos, con un enfoque en la justicia social.
Estos modelos reflejan la diversidad de enfoques en los que los objetivos comerciales y sociales se combinan para generar un impacto positivo.
3.1. Según la motivación de sus actividades comerciales
Algunas empresas sociales tienen como objetivo principal resolver una problemática social específica, como la pobreza, la exclusión social o el acceso a la educación y la salud. Estas empresas generan ingresos a través de la venta de productos o servicios relacionados con esa problemática. Otras empresas sociales, en cambio, buscan transformar sistemas o sectores enteros, innovando en áreas como la economía circular, la sostenibilidad ambiental o la integración laboral de grupos en situación de vulnerabilidad. En este caso, la actividad comercial se convierte en una herramienta para impulsar el cambio social en lugar de ser el fin último de la organización.
3.2. Modelos basados en la reinversión de beneficios
Un modelo común de las empresas sociales es el de reinversión de beneficios, en el cual los ingresos generados por la actividad comercial no se distribuyen entre los accionistas o propietarios, sino que se utilizan para financiar proyectos sociales o reinvertir en la propia empresa. Este enfoque asegura que las ganancias contribuyan directamente a la misión social de la organización, permitiéndole expandir su impacto. En este tipo de empresas, se establece un compromiso claro de reinvertir los beneficios, garantizando que la rentabilidad económica sea solo un medio para alcanzar fines sociales más amplios.
3.3. Empresas con principios democráticos o participativos
Las empresas sociales también pueden caracterizarse por su modelo de gobernanza, en el que se adoptan principios democráticos o participativos. En lugar de ser dirigidas exclusivamente por un pequeño grupo de accionistas o ejecutivos, estas empresas fomentan la participación activa de sus empleados, beneficiarios y otras partes interesadas en la toma de decisiones. A través de la creación de estructuras horizontales, se asegura que las personas más involucradas en las actividades de la empresa tengan voz y voto en la definición de sus objetivos, estrategias y actividades.
4. El Triple Impacto de una Empresa Social
El Triple Impacto de una empresa social se refiere a los tres ámbitos principales en los que estas organizaciones buscan generar un impacto positivo: social, medioambiental y económico. Pone de manifiesto que es posible crear modelos de negocio que, además de generar beneficios, los negocios pueden ser una herramienta poderosa para el bien común.
4.1. Impacto social
Este impacto puede manifestarse de diversas formas, como la inclusión de grupos vulnerables en el mercado laboral, la mejora del acceso a servicios de salud, la promoción de derechos humanos o la reducción de la desigualdad social. Las empresas sociales buscan, mediante sus productos o servicios, transformar las condiciones de vida de comunidades específicas o incluso modificar estructuras sociales más amplias.
4.2. Impacto medioambiental
Estas organizaciones, conscientes de la necesidad de operar de manera sostenible y de contribuir a la protección del medio ambiente, implementan prácticas que reduzcan la huella ecológica de sus operaciones, como el uso de energías renovables, la minimización de residuos, el reciclaje, la promoción de la economía circular o la conservación de recursos naturales. .
4.3. Impacto económico
Aunque el objetivo principal de las empresas sociales no es maximizar beneficios económicos, su sostenibilidad financiera es esencial para expandir su impacto social y ambiental. Estas empresas generan empleo, fomentan el emprendimiento local, promueven la innovación y contribuyen al desarrollo económico de las comunidades. En definitiva, demuestran que es posible generar beneficios mientras se abordan problemas sociales y medioambientales.
5. Empresa Social vs Empresa Socialmente Responsable
Una Empresa Socialmente Responsable (ESR) es una organización que, si bien tiene un objetivo económico y busca generar ganancias, incorpora de manera voluntaria prácticas éticas y responsables en su modelo de negocio.
La principal diferencia entre una empresa social y una empresa socialmente responsable radica en la misión central de la organización. Las empresas socialmente responsables no tienen como misión principal resolver problemas sociales, sino integrar estas consideraciones dentro de su estrategia corporativa y sus operaciones cotidianas.
Ambos modelos contribuyen a un desarrollo más ético y sostenible, pero lo hacen desde perspectivas y enfoques diferentes. Mientras que las empresas sociales están orientadas a solucionar problemas sociales o ambientales, las empresas socialmente responsables integran principios éticos en su modelo de negocio sin que este sea su principal objetivo.
A menudo, las acciones de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de estas empresas se enfocan en áreas como el apoyo a la comunidad, la reducción de su huella ecológica o la mejora de las condiciones laborales de sus empleados.
Además, las empresas sociales generan un impacto social directo, mientras que las ESR suelen generar impacto de manera indirecta, como parte de sus prácticas de responsabilidad.
En términos de estructura y modelo de negocio, las empresas sociales a menudo reinvierten la mayor parte de sus beneficios en la misión social que persiguen, mientras que las empresas socialmente responsables pueden generar beneficios para los accionistas y usar parte de esos beneficios para financiar sus iniciativas de responsabilidad social.
6. ¿Cómo crear una Empresa Social?
Crear una empresa social implica identificar un problema social o medioambiental y desarrollar una solución que genere un impacto positivo, mientras mantiene su sostenibilidad financiera.
6.1. Investigar y planificar
El primer paso para poner en marcha una empresa social es identificar claramente el problema que se desea abordar. Es esencial realizar un estudio de mercado para evaluar la viabilidad de la idea y determinar si existe una necesidad real que pueda ser satisfecha.
En este proceso, también se debe definir el tipo de beneficio que la empresa quiere aportar, ya sea a través de productos, servicios, generación de empleo o mejoras en la calidad de vida de la comunidad. Además, es importante investigar si ya existe un mercado para ese beneficio social y si el proyecto tiene potencial para desarrollarse.
6.2. Elegir una forma jurídica
Una vez completados estos análisis, el siguiente paso es elaborar un plan de negocio que establezca objetivos claros, las estrategias a seguir y los recursos necesarios para llevar a cabo la idea de manera efectiva.
Las empresas sociales deben contar con una forma jurídica adecuada que determine su estructura legal y su funcionamiento. Dependiendo del enfoque y los objetivos, se puede optar por varias opciones, como una asociación, una fundación, una cooperativa, una sociedad laboral o una sociedad limitada, entre otras.
Es recomendable consultar con un asesor legal especializado para elegir la opción más adecuada, teniendo en cuenta las particularidades del proyecto y las normativas vigentes.
6.3. Trámites administrativos
Una vez definida la forma jurídica, es necesario registrar la empresa social en el Registro Mercantil correspondiente, un paso esencial para formalizar su existencia. También se debe solicitar un Número de Identificación Fiscal (NIF) en la Agencia Tributaria.
Dependiendo de la estructura legal seleccionada, pueden ser necesarios otros documentos y trámites, como la elaboración de estatutos, la redacción de actas fundacionales, la inscripción en libros oficiales o incluso la escritura notarial de la sociedad.
6.4. Financiación
Determinar cómo financiar la empresa social es uno de los pasos más importantes. Es necesario evaluar las necesidades financieras del proyecto para asegurar que sea viable a largo plazo. Las fuentes de financiación pueden variar según la naturaleza de la actividad, siendo las donaciones, subvenciones, concursos o crowdfunding opciones útiles si la empresa no tiene un mercado que permita ser autosostenible desde el principio.
En proyectos más comerciales con perspectivas de generar ingresos, es posible acceder a otras fuentes de financiación como préstamos, inversiones sociales de impacto o inversión socialmente responsable.
6.5. Identificar perfiles
Es importante definir los perfiles y las habilidades necesarias para llevar a cabo el proyecto, priorizando aquellos que contribuyan al logro de los objetivos sociales establecidos. Además, si la empresa tiene como misión crear empleo para personas vulnerables o en riesgo de exclusión social, se deben establecer criterios específicos de contratación.
6.6. Plan de comunicación
Al igual que cualquier otro tipo de empresa, las empresas sociales necesitan una estrategia de comunicación clara y eficaz para interactuar con sus diferentes públicos: clientes, proveedores, colaboradores, empleados y la comunidad en general. Es recomendable elaborar un plan de comunicación que detalle los canales que se utilizarán, como el correo electrónico, las redes sociales, un sitio web o herramientas de mensajería.
También se debe crear un calendario de acciones de comunicación para dar a conocer la actividad de la empresa y el impacto social que genera. Una identidad de marca sólida y coherente será clave para fortalecer el reconocimiento de la empresa social y su misión, aumentando su visibilidad y confianza.
6.7. Inicio de la actividad y seguimiento
Una vez que todo está en marcha, es el momento de comenzar a ejecutar las actividades planificadas en el plan de negocio. Es crucial monitorear de manera regular los resultados obtenidos para asegurarse de que la empresa social cumpla con los objetivos establecidos.
Un seguimiento continuo garantiza que la empresa se mantenga alineada con su misión social y pueda adaptarse a los desafíos del entorno.
Conclusión
Las empresas sociales representan una alternativa innovadora y transformadora en el panorama empresarial actual, donde el éxito económico se equilibra con la responsabilidad social y medioambiental.
A través de su enfoque en la solución de problemas sociales y su modelo de reinversión de beneficios, estas organizaciones demuestran que es posible generar valor económico mientras se contribuye al bien común.
Con una estructura adaptativa y un impacto positivo en áreas clave como la inclusión social, la sostenibilidad y la economía local, las empresas sociales no solo responden a las necesidades actuales, sino que también inspiran un cambio cultural hacia modelos de negocio más responsables.
Crear una empresa social, si bien exige una planificación cuidadosa y una visión a largo plazo, ofrece la oportunidad de generar un impacto duradero, tanto en las comunidades como en el entorno global.
En Grupo Garantía, comprendemos esta visión y ofrecemos asesoría a empresas que buscan incorporar principios de responsabilidad social en su estrategia empresarial, ayudándolas a crear proyectos con impacto positivo y sostenible. ¡Contacta con nosotros para transformar tus ideas en soluciones!